Sinopsis
Opinión Personal
Hola a todos.
Vuelvo a traer una novela de nuestro querido Jesús Pérez Naranjo, y como bien dije en la reseña de Las Fuerzas de la Naturaleza, seguiré leyendo sus historias de fantasía.
Lo que más me ha gustado de Hijo del Hierro ha sido la increíble evolución del autor como escritor.
Empezaremos por los personajes.
Nos encontramos con Doréan, un joven esclavo de un imperio gobernado por mujeres que sueña con un mundo mejor, dónde ser libre junto a sus hermanos. Su vida da un vuelco cuando por obligación, abandona el que siempre ha sido su hogar y asume una responsabilidad de la que no se siente capaz de llevar.
Leumas y Yeyo, personajes a los que le tengo un especial cariño, serán las dos espadas que necesitará para afrontar lo que muchos han decidido por él.
Lo que me hace decidir qué es lo que más me gusta de esta novela, y que me hizo conectar con el protagonista de una forma especial, es la narración. Tanto el alma de Doréan como su corazón están sumergidos en una cascada de sentimientos contrarios, desde sufrimiento, agonía, tristeza, hasta cólera, sed de venganza y remordimientos...
Al ser una narración en primera persona es más fácil percibir ese cúmulo de emociones, pero, aun así, JP Naranjo lo hace de forma que puedas sentir en tu piel al mismo Doréan.
Está ambientada en algún rincón de Europa en una era futurista, dónde los lugares y territorios como lagos y montañas son completamente nuevos.
La explicación científica a los sucesos históricos es suficiente para una comprensión del momento que se está viviendo y sus condiciones.
Y cómo no hablar del Booktrailer, esa fue la primer página de la historia, esa que me enganchó hasta los agradecimientos, curiosos y como nunca los había visto.
Para terminar, la portada representa el elemento que arde en el interior de Doréan constantemente, el fuego, y el arma simboliza todo por lo que ha luchado desde que tuvo conocimiento de la verdad fuera de los muros de Matter.
La recomiendo sin lugar a dudas, es una lectura intrigante hasta el final que me mantuvo en vilo y que vio la luz de la mejor manera que pudo ser.